sábado, 29 de septiembre de 2012

ESQUEMA SOBRE LA DIALÉCTICA

      Elaboración propia 


  1. Primero surge una Tesis.
  2. Luego surge la Critica a esa Tesis.
  3. A partir de esa Critica surge la Antítesis.
  4. Por lo que existen dos Opuestos (Tesis y Antítesis).
  5. Los dos Opuestos se niegan mutuamente.  
  6. Esos dos Opuestos originales que se niegan mutuamente se reducen a la categoría de Componentes.
  7. Los Componentes se subsumen formando una tercera entidad que logra alcanzar un plano más elevado y surge la Síntesis.

EL DISCURSO FÚNEBRE DE PERICLES (Introducción, traducción y notas realizadas por: Antonio Arbea)





Introducción

l Discurso Fúnebre Pericles, pronunciado el año 431 a.C. en el Cementerio del Cerámico, en Atenas, es uno de los más altos testimonios de cultura y civismo que nos haya legado la Antigüedad. Por de pronto, es mucho más que un mero discurso fúnebre. Las exequias de las víctimas del primer año de la guerra contra Esparta le brindan a Pericles la oportunidad de definir el espíritu profundo de la democracia ateniense, explayándose sobre los valores que presiden la vida de sus conciudadanos y que explican la grandeza alcanzada por su ciudad. El discurso no es, por cierto, transcripción fiel de lo efectivamente dicho por el político y orador ateniense, sino la verosímil recreación de su contemporáneo, el historiador Tucídides, que lo incorporó al relato de sus Historias (II, 35-46), donde se narran las guerras entre Atenas y los peloponesios. También es claro, por otra parte, que en esta pieza no hay una cabal exactitud histórica en la descripción de Atenas, cuya realidad aparece idealizada. Pero todo esto, en última instancia, es irrelevante para la historia. Al menos, para la historia espiritual. Lo que a ésta le importa, en rigor, no es tanto saber lo que de hecho Atenas fue, sino más bien lo que ella creía ser.

Es preciso que el lector sepa que este discurso fue escrito por Tucídides bastantes años después de que fuera pronunciado y cuando ya Atenas había sido derrotada. Así, más que el discurso fúnebre de Pericles a los caídos durante el primer año de la guerra, éste es el discurso fúnebre de Tucídides a la Atenas vencida que, aunque humillada en su derrota, se levantaba ya como un paradigma universal su cultura cívica. El panegírico a los muertos en combate, pues, aparece casi como un pretexto para abordar el elogio de la gloriosa Atenas antigua y hacer la defensa de la eternidad de su patrimonio.

El Discurso Fúnebre de Pericles es un texto fundacional. Enclavado en los orígenes mismos de nuestra historia, constituye un originalísimo ejemplo de conciencia ciudadana y un modelo de reflexión política alentada por una optimista confianza en las posibilidades del hombre y en el progreso de la cultura humana.

Conservando el tono retórico del original, la traducción que aquí ofrecemos ha procurado resolver con prudencia la oscuridad de ciertos pasajes de cuestionada interpretación. Notas mínimas, en fin, intentan enriquecer la comprensión del texto y satisfacer la curiosidad del lector.

Antonio Arbea

Traducción


I


La mayor parte de quienes en el pasado han hecho uso de la palabra en esta tribuna, han tenido por costumbre elogiar a aquel que introdujo este discurso en el rito tradicional, pues pensaban que su proferimiento con ocasión del entierro de los caídos en combate era algo hermoso. A mí, en cambio, me habría parecido suficiente que quienes con obras probaron su valor, también con obras recibieran su homenaje –como este que véis dispuesto para ellos en sus exequias por el Estado–, y no aventurar en un solo individuo, que tanto puede ser un buen orador como no serlo, la fe en los méritos de muchos.

Es difícil, en efecto, hablar adecuadamente sobre un asunto respecto del cual no es segura la apreciación de la verdad, ya que quien escucha, si está bien informado acerca del homenajeado y favorablemente dispuesto hacia él, es muy posible que encuentre que lo que se dice está por debajo de lo que él desea y de lo que él conoce; y si, por el contrario, está mal informado, lo más probable es que, por envidia, cuando oiga hablar de algo que esté por encima de sus propias posibilidades, piense que se está cayendo en una exageración. Porque los elogios que se formulan a los demás se toleran sólo en tanto quien los oye se considera a sí mismo capaz también, en alguna medida, de realizar los actos elogiados; cuando, en cambio, los que escuchan comienzan a sentir envidia de las excelencias de que está siendo alabado, al punto prende en ellos también la incredulidad. 

Pero, puesto que a los antiguos les pareció que sí estaba bien, debo ahora yo, siguiendo la costumbre establecida, intentar ganarme la voluntad y la aprobación de cada uno de vosotros tanto como me sea posible.

II


Comenzaré, ante todo, por nuestros antepasados, pues es justo y, al mismo tiempo, apropiado a una ocasión como la presente, que se les rinda este homenaje de recordación. Habitando siempre ellos mismos esta tierra a través de sucesivas generaciones, es mérito suyo el habérnosla legado libre hasta nuestros días. Y si ellos son dignos de alabanza, más aún lo son nuestros padres, quienes, además de lo que recibieron como herencia, ganaron para sí, no sin fatigas, todo el imperio que tenemos, y nos lo entregaron a los hombres de hoy.

En cuanto a lo que a ese imperio le faltaba, hemos sido nosotros mismos, los que estamos aquí presentes, en particular los que nos encontramos aún en la plenitud de la edad1, quienes lo hemos incrementado, al paso que también le hemos dado completa autarquía a la ciudad, tanto para la guerra como para la paz. Pasaré por alto las hazañas bélicas de nuestros antepasados, gracias a las cuales las diversas partes de nuestro imperio fueron conquistadas, como asimismo las ocasiones en que nosotros mismos o nuestros padres repelimos ardorosamente las incursiones hostiles de extranjeros o de griegos, ya que no quiero extenderme tediosamente entre conocedores de tales asuntos. Antes, empero, de abocarme al elogio de estos muertos, quiero señalar en virtud en qué normas hemos llegado a la situación actual, y con qué sistema político y gracias a qué costumbres hemos alcanzado nuestra grandeza. No considero inadecuado referirme a asuntos tales en una ocasión como la actual, y creo que será provechoso que toda esta multitud de ciudadanos y extranjeros lo pueda escuchar.


III


Disfrutamos de un régimen político que no imita las leyes de los vecinos2; más que imitadores de otros, en efecto, nosotros mismos servimos de modelo para algunos3. En cuanto al nombre, puesto que la administración se ejerce en favor de la mayoría, y no de unos pocos, a este régimen se lo ha llamado democracia4; respecto a las leyes, todos gozan de iguales derechos en la defensa de sus intereses particulares; en lo relativo a los honores, cualquiera que se distinga en algún aspecto puede acceder a los cargos públicos, pues se lo elige más por sus méritos que por su categoría social; y tampoco al que es pobre, por su parte, su oscura posición le impide prestar sus servicios a la patria, si es que tiene la posibilidad de hacerlo.

Tenemos por norma respetar la libertad, tanto en los asuntos públicos como en las rivalidades diarias de unos con otros, sin enojarnos con nuestro vecino cuando él actúa espontáneamente, ni exteriorizar nuestra molestia, pues ésta, aunque innocua, es ingrata de presenciar. Si bien en los asuntos privados somos indulgentes, en los públicos, en cambio, ante todo por un respetuoso temor, jamás obramos ilegalmente, sino que obedecemos a quienes les toca el turno de mandar, y acatamos las leyes, en particular las dictadas en favor de los que son víctimas de una injusticia, y las que, aunque no estén escritas, todos consideran vergonzoso infringir.


IV


Por otra parte, como descanso de nuestros trabajos, le hemos procurado a nuestro espíritu una serie de recreaciones. No sólo tenemos, en efecto, certámenes públicos y celebraciones religiosas repartidos a lo largo de todo el año, sino que también gozamos individualmente de un digno y satisfactorio bienestar material, cuyo continuo disfrute ahuyenta a la melancolía.

Y gracias al elevado número de sus habitantes, nuestra ciudad importa desde todo el mundo toda clase de bienes, de manera que los que ella produce para nuestro provecho no son, en rigor, más nuestros que los foráneos5.

V

A nuestros enemigos les llevamos ventaja también en cuanto al adiestramiento en las artes de la guerra, ya que mantenemos siempre abiertas las puertas de nuestra ciudad y jamás recurrimos a la expulsión de los extranjeros para impedir que se conozca o se presencie algo que, por no hallarse oculto, bien podría a un enemigo resultarle de provecho observarlo6.

Y es que, más que en los armamentos y estratagemas, confiamos en la fortaleza de alma con que naturalmente acometemos nuestras empresas. Y en cuanto a la educación, mientras ellos procuran adquirir coraje realizando desde muy jóvenes una ardua ejercitación, nosotros, aunque vivimos más regaladamente, podemos afrontar peligros no menores que ellos7.

Prueba de esto es que los espartanos no realizan sin la compañía de otros sus expediciones militares contra nuestro territorio, sino junto a todos sus aliados; nosotros, en cambio, aun invadiendo solos tierra enemiga y combatiendo en suelo extraño contra quienes defienden lo suyo, la mayor parte de las veces nos llevamos la victoria sin dificultad. Además, ninguno de nuestros enemigos se ha topado jamás en el campo de batalla con todas nuestras fuerzas reunidas, pues simultáneamente debemos atender la mantención de nuestra flota y, en tierra, el envío de nuestra gente a diversos lugares. Sin embargo, cada vez que en algún lugar ellos se trenzan en lucha con una facción de los nuestros y resultan vencedores, se ufanan de habernos rechazado a todos, aunque sólo han vencido a algunos; y si salen derrotados, alegan que lo fueron ante todos nosotros juntos. Pero lo cierto es que, ya que preferimos afrontar los peligros de la guerra con serenidad antes que habiéndonos preparado con arduos ejercicios, ayudados más por la valentía de los caracteres que por la prescrita en ordenanzas, les llevamos la ventaja de que no nos angustiamos de antemano por las penurias futuras, y, cuando nos toca enfrentarlas, no demostramos menos valor que ellos viven en permanente fatiga.

Pero no sólo por éstas, sino también por otras cualidades nuestra ciudad merece ser admirada.

VI


En efecto, amamos el arte y la belleza sin desmedirnos, y cultivamos el saber sin ablandarnos. La riqueza representa para nosotros la oportunidad de realizar algo, y no un motivo para hablar con soberbia; y en cuanto a la pobreza, para nadie constituye una vergüenza el reconocerla, sino el no esforzarse por evitarla. Los individuos pueden ellos mismos ocuparse simultáneamente de sus asuntos privados y de los públicos; no por el hecho de que cada uno esté entregado a lo suyo, su conocimiento de las materias políticas es insuficiente. Somos los únicos que tenemos más por inútil que por tranquila a la persona que no participa en las tareas de la comunidad.

Somos nosotros mismos los que deliberamos y decidimos conforme a derecho sobre la cosa pública, pues no creemos que lo que perjudica a la acción sea el debate, sino precisamente el no dejarse instruir por la discusión antes de llevar a cabo lo que hay que hacer. Y esto porque también nos diferenciamos de los demás en que podemos ser muy osados y, al mismo tiempo, examinar cuidadosamente las acciones que estamos por emprender; en este aspecto, en cambio, para los otros la audacia es producto de su ignorancia, y la reflexión los vuelve temerosos. Con justicia pueden ser reputados como los de mayor fortaleza espiritual aquellos que, conociendo tanto los padecimientos como los placeres, no por ello retroceden ante los peligros.

También por nuestra liberalidad somos muy distintos de la mayoría de los hombres, ya que no es recibiendo beneficios, sino prestándolos, que nos granjeamos amigos. El que hace un beneficio establece lazos de amistad más sólidos, puesto que con sus servicios al beneficiado alimenta la deuda de gratitud de éste. El que debe favores, en cambio, es más desafecto, pues sabe que al retribuir la generosidad de que ha sido objeto, no se hará merecedor de la gratitud, sino que tan sólo estará pagando una deuda. Somos los  únicos que, movidos, no por un cálculo de conveniencia, sino por nuestra fe en la liberalidad, no vacilamos en prestar nuestra ayuda a cualquiera8.

VII


Para abreviar, diré que nuestra ciudad, tomada en su conjunto, es norma para toda Grecia, y que, individualmente, un mismo hombre de los nuestros se basta para enfrentar las más diversas situaciones, y lo hace con gracia y con la mayor destreza. Y que estas palabras no son un ocasional alarde retórico, sino la verdad de los hechos, lo demuestra el poderío mismo que nuestra ciudad ha alcanzado gracias a estas cualidades. Ella, en efecto, es la única de las actuales que, puesta a prueba, supera su propia reputación; es la única cuya victoria, el agresor vencido, dada la superioridad de los causantes de su desgracia, acepta con resignación; es la única, en fin, que no les da motivo a sus súbditos para alegar que están inmerecidamente bajo su yugo.

Nuestro poderío, pues, es manifiesto para todos, y está ciertamente más que probado. No sólo somos motivo de admiración para nuestros contemporáneos, sino que lo seremos también para los que han de venir después.

No necesitamos ni a un Homero que haga nuestro panegírico, ni a ningún otro que venga a darnos momentáneamente en el gusto con sus versos, y cuyas ficciones resulten luego desbaratadas por la verdad de los hechos. Por todos los mares y por todas las tierras se ha abierto camino nuestro coraje, dejando aquí y allá, para bien o para mal, imperecederos recuerdos.

Combatiendo por tal ciudad y resistiéndose a perderla es que estos hombres entregamos notablemente sus vidas; justo es, por tanto, que cada uno de quienes les hemos sobrevivido anhele también bregar por ella.

VIII


La razón por la que me he referido con tanto detalle a asuntos concernientes a la ciudad, no ha sido otra que para haceros ver que no estamos luchando por algo equivalente a aquello por lo que luchan quienes en modo alguno gozan de bienes semejantes a los nuestros y, asimismo, para darle un claro fundamento al elogio de los muertos en cuyo honor hablo en esta ocasión.

La mayor parte de este elogio ya está hecha, pues las excelencias por las que he celebrado a nuestra ciudad no son sino fruto del valor de estos hombres y de otros que se les asemejan en virtud. No de muchos griegos podría afirmarse, como sí en el caso de éstos, que su fama está en conformidad con sus obras. Su muerte, en mi opinión, ya fuera ella el primer testimonio de su valentía, ya su confirmación postrera, demuestra un coraje genuinamente varonil.  Aun aquellos que puedan haber obrado mal en su vida pasada, es justo que sean recordados ante todo por el valor que mostraron combatiendo por su patria, pues al anular lo malo con lo bueno resultaron más beneficiosos por su servicio público que perjudiciales por su conducta privada.

A ninguno de estos hombres lo ablandó el deseo de seguir gozando de su riqueza; a ninguno lo hizo aplazar el peligro la posibilidad de huir de su pobreza y enriquecerse algún día. Tuvieron por más deseable vengarse de sus enemigos, al tiempo que les pareció que ese era el más hermoso de los riesgos. Optaron por correrlo, y, sin renunciar a sus deseos y expectativas más personales, las condicionaron, sí, al éxito de su venganza. Encomendaron a la esperanza lo incierto de su victoria final, y, en cuanto al desafío inmediato que tenían por delante, se confiaron a sus propias fuerzas.

En ese trance, también más resueltos a resistir y padecer que a salvarse huyendo, evitaron la deshonra e hicieron frente a la situación con sus personas.

Al morir, en ese brevísimo instante arbitrado por la fortuna, se hallaban más en la cumbre de la determinación que del temor.


IX


Estos hombres, al actuar como actuaron, estuvieron a la altura de su ciudad. Deber de quienes les han sobrevivido, pues, es hacer preces por una mejor suerte en los designios bélicos, y llevarlos a cabo con no menor resolución. No sólo oyendo las palabras que alguien pueda deciros debéis reflexionar sobre el servicio que prestáis –servicio que cualquiera podría detenerse a considerarse ante vosotros, que muy bien lo conocéis por propia experiencia, señalándoos cuántos bienes están comprometidos en el acto de defenderse de los enemigos–; antes bien, debéis pensar en él contemplando en los hechos, cada día, el poderío de nuestra ciudad, y prendándoos de ella. Entonces, cuando la ciudad se os manifieste en todo su esplendor, parad mientes en que éste es el logro de hombres bizarros, conscientes de su deber y pundonorosos en su obrar; de hombres que, si alguna vez fracasaron al intentar algo, jamás pensaron en privar a la ciudad del coraje que los animaba, sino que se lo ofrendaron como el más hermoso de sus tributos. Al entregar cada uno de ellos la vida por su comunidad, se hicieron merecedores de un elogio imperecedero y de la sepultura más ilustre.

Esta, más que el lugar en que yacen sus cuerpos, es donde su fama reposa, para ser una y otra vez recordada, de palabra y de obra, en cada ocasión que se presente.

La tumba de los grandes hombres es la tierra entera: de ellos nos habla no sólo una inscripción sobre sus lápidas sepulcrales; también en suelo extranjero pervive su recuerdo, grabado no en un monumento, sino, sin palabras, en el espíritu de cada hombre.

Imitad a éstos ahora vosotros, cifrando la felicidad en la libertad, y la libertad en la valentía, sin inquietaros por los peligros de la guerra. 

Quienes con más razón pueden ofrendar su vida no son aquellos infortunados que ya nada bueno esperan, sino, por el contrario, quienes corren el riesgo de sufrir un revés de fortuna en lo que les queda por vivir, y para los que, en caso de experimentar una derrota, el cambio sería particularmente grande.

Para un hombre que se precia a sí mismo, en efecto, padecer cobardemente la dominación es más penoso que, casi sin darse cuenta, morir animosamente y compartiendo una esperanza.

X


Por tal razón es que a vosotros, padres de estos muertos, que estáis aquí presentes, más que compadeceros, intentaré consolaros. 

Puesto que habéis ya pasado por las variadas vicisitudes de la vida, debéis de saber que la buena fortuna consiste en estar destinado al más alto grado de nobleza ya sea en la muerte, como éstos; ya en el dolor, como vosotros–, y en que el fin de la felicidad que nos ha sido asignada coincida con el fin de nuestra vida. Sé que es difícil que aceptéis esto tratándose de vuestros hijos, de quienes muchas veces os acordaréis al ver a otros gozando de la felicidad de que vosotros mismos una vez gozásteis. El hombre no experimenta tristeza cuando se lo priva de bienes que aún no ha probado, sino cuando se le arrebata uno al que ya se había acostumbrado. Pero es preciso que sepáis sobrellevar vuestra situación, incluso con la esperanza de tener otros hijos, si es que estáis aún en edad de procrearlos. En lo personal, los hijos que nazcan representarán para algunos la posibilidad de apartar el recuerdo de los que perdieron; para la ciudad, entretanto, su nacimiento será doblemente provechoso, pues no sólo impedirá que ella se despueble, sino que la hará más segura, ya que nadie puede participar en igualdad de condiciones y equitativamente en las deliberaciones políticas de la comunidad, a menos que, tal como los demás, también él exponga su prole a las consecuencias de sus resoluciones.

Y aquellos de vosotros que habéis llegado ya a la ancianidad, tened por ganancia el haber vivido felizmente la mayor parte de vuestra vida, considerad que la que os queda ha de ser breve, y consolaos con la fama alcanzada por éstos vuestros hijos. Lo único que no envejece, en efecto, es el amor a la gloria; y cuando la edad ya declina, no es atesorar bienes lo que más deleita, como algunos dicen, sino recibir honores.


XI

Y en cuanto a vosotros, hijos o hermanos, aquí presentes, de estas víctimas de la guerra, veo grande el desafío que tenéis por delante, porque solamente aquel que ya no existe suele concertar el elogio de todos; a duras penas podréis conseguir, por sobresalientes que sean vuestros méritos, ser considerados no ya sus iguales, sino incluso sus cercanos émulos. La envidia de los rivales la sufren quienes están vivos; el que, en cambio, ya no representa un obstáculo para nadie, es honrado con generosa benignidad.

Y si, para aquellas esposas que ahora quedan viudas, debo también decir algo acerca de las virtudes propias de la mujer, lo resumiré todo en un breve consejo: grande será vuestra gloria si no desmerecéis vuestra condición natural de mujeres y si conseguís que vuestro nombre ande lo menos posible en boca de los hombres, ni para bien ni para mal.

XII

En conformidad con nuestras leyes y costumbres, pues, queda dicho en mi discurso lo que me parecía pertinente. Ahora, en cuanto a los hechos, los hombres a quienes estamos sepultando han recibido ya nuestro homenaje.

De la educación de sus hijos, desde este momento hasta su juventud, se hará cargo la ciudad. Tal es la provechosa corona que ella impone a estas víctimas, y a los que ellas dejan, como premio de tan valerosas hazañas.

Cuando los más preciados galardones que una ciudad otorga son los que recompensan la valentía, entonces también posee ella los ciudadanos más valientes.

Y ahora, después de haber llorado cada uno a sus deudos, podéis marcharos.

Notas

1 Por entonces, Pericles tenía aproximadamente 64 años.

2 Alusión a Esparta, cuya constitución –se decía– era imitación de la de Creta. El tema de la oposición entre el espíritu espartano y el ateniense reaparecerá, implícita o explícitamente, en muchos pasajes de este retrato ideal de Atenas que aquí comienza y que ocupa los cinco capítulos centrales del discurso, desde el III al VII.

3 Probablemente alude a Roma, que algunos años antes había enviado emisarios a Atenas con el propósito de aprender de su desenvolvimiento cívico.

4 Desde antiguo, al parecer, llamó la atención esta definición de democracia, y ya un par de manuscritos medievales corrigieron el texto griego tradicionalmente transmitido, cambiando oikeîn por hékein, de modo de hacerlo decir: “...puesto que la administración está en manos de (en vez de: se ejerce en favor de) la mayoría y no de unos pocos...”. La corrección satisface también, ciertamente, las expectativas del lector de hoy, y muchos traductores modernos la han acogido. Me parece claro, sin embargo, que no se trata sino de una fácil y hasta anacrónica acomodación del original, desautorizada por la lectura de los principales manuscritos. Al caracterizar el régimen democrático como aquel en que se gobierna en el interés de la mayoría y no de unos pocos, Pericles (o Tucídides) no hace sino –con cierta ingenuidad, es cierto– afirmar que los gobiernos favorecen básicamente a quienes lo ejercen. Y en esto, la propia historia de Atenas lo respaldaba. No debemos olvidar, además, que estamos ante un texto constituyente, instaurador, donde la reflexión política está recién dando sus primeros pasos. ¡Si hasta la palabra misma democracia no tenía entonces medio siglo de vida todavía!


5 En Esparta, por el contrario, la posesión de riquezas estaba oficialmente prohibida.

6 Alusión a Esparta, que no tenía metecos, esto es, colonos o extranjeros naturalizados. En Esparta, tradicionalmente xenófoba, los extranjeros permanecían como tales, y podían ser desterrados al arbitrio de los éforos.

7 La disciplina espartana en la educación de los jóvenes era proverbial.


8 Un bello capítulo sobre esta materia nos ofrece Arístóteles en su Ética a Nicómaco, IX, 7.








domingo, 23 de septiembre de 2012

Partidarios de la sociedad cerrada y la sociedad abierta en la antigua Grecia (Karl Popper, “La sociedad abierta y sus enemigos)

La nueva fe en la sociedad abierta – su única fe posible: el Humanismo – comenzaba, sí, a imponerse, pero no se hallaba todavía claramente formulada. Por entonces no se alcanzaba a vislumbrar gran cosa, fuera de las guerras de clase, el miedo de los demócratas a la reacción oligárquica, y la amenaza de nuevos conatos revolucionarios.

La reacción contra estos movimientos (democráticos) tenía, por consiguiente, mucho de su parte: la tradición, la defensa de las viejas virtudes y la antigua religión. Del lema de este movimiento (de reacción): “De nuevo al estado de nuestros abuelos”; o bien: “De nuevo al antiguo estado paterno” – deriva la palabra “patriota”. Casi no vale la pena insistir en que las creencias populares entre aquellos que defendían este movimiento “patriótico” fueron groseramente desfiguradas por los mismos oligarcas que no vacilaron en entregarle su propia ciudad al enemigo, con la esperanza de ganarse su ayuda contra los demócratas. El propósito fundamental de este movimiento era detener la evolución social y luchar contra el imperialismo universalista de la democracia ateniense y contra los instrumentos y símbolos de su poder: la armada, las murallas y el comercio.

Aunque el movimiento “patriótico” fue, en parte, expresión del anhelo de retornar a formas de vida más estables, a la religión, a la decencia, al imperio de la ley y el orden, llevaba en sí la mayor corrupción moral. Se había perdido la antigua fe y en su lugar campeaba ahora una explotación hipócrita y casi diríamos cínica, de los sentimientos religiosos.
Pero en esta época, en la misma a que pertenecía la generación de Tucídides, surgió una nueva fe en la razón, en la libertad y en la hermandad de todos los hombres, la nueva fe y, a mi entender, la única fe posible: LA DE LA SOCIEDAD ABIERTA.

Creo que no sería injusto denominar a esa generación que señala un punto culminante en la historia de la humanidad, LA GRAN GENERACIÓN: es la generación que brilló en Atenas un poco antes y durante la guerra del Peloponeso. Entre ellos, hubo grandes conservadores como Sófocles o Tucídides. Los hubo también de ideología intermedia, representativa del período de transición: unos vacilantes, como Eurípides, otros escépticos, como Aristófanes. Pero también vio esa generación al gran rector de la democracia, a Pericles, que formuló los principios de la igualdad ante la ley y del individualismo político, y a Heródoto, bienvenido y saludado por la ciudad de Pericles, como autor de una obra que glorificaba estos principios. A Protágoras, natural de Abdera, que adquirió notable influencia en Atenas, y su compatriota, Demócrito. Estos sostuvieron la teoría de que las instituciones humanas del lenguaje, la costumbre y el derecho no son tabúes sino productos del hombre, no naturales sino convencionales, insistiendo, al mismo tiempo, en que somos responsables de las mismas. Vio, asimismo, la escuela de Gorgias – Alcidamas, Licofrón y Antístenes – que desarrolló los conceptos fundamentales contra la esclavitud, en favor del proteccionismo racional y en contra del nacionalismo, por ejemplo, el credo del imperio universal de los hombres. Y vio, por fin, quizá al mayor de todos, a Sócrates, que enseñó a tener fe en la razón humana pero, al mismo tiempo, a prevenirse del dogmatismo: a mantenernos apartados de la misología, la desconfianza en la teoría y en la razón, y de la actitud mágica de aquellos que hacen un ídolo de la sabiduría; y que enseño, en suma, que el espíritu de la ciencia es: LA CRÍTICA.  

sábado, 22 de septiembre de 2012

Objetivo fundamental y principios de la política Espartana en la antigua Grecia de acuerdo a Karl Popper en su obra “La sociedad abierta y sus enemigos”



Objetivo fundamental que dominaba toda la política Espartana: La tentativa de detener todo cambio y retornar al tribalismo.
 
Principios
  1. Protección del tribalismo detenido: cerrarse a toda influencia extranjera que pudiera poner en peligro la rigidez de los tabúes tribales.
  2. Antihumanitarismo: cerrarse, más específicamente, a toda ideología igualitaria, democrática e individualista.
  3. Autarquía: no depender del comercio.
  4. Antiuniversalismo o particularismo: sostener la diferenciación entre la propia tribu y todas las demás; no mezclarse con los inferiores.
  5. Dominación: someter y esclavizar a los vecinos.
  6. Expansión moderada: La ciudad debe crecer sólo mientras pueda hacerlo sin alterar su unidad y, especialmente,  sin arriesgarse a la introducción de tendencias universalistas.


Observación de Karl Popper: Si comparamos estas seis tendencias principales con las del moderno totalitarismo, veremos entonces que coinciden en todo lo fundamental, con la única excepción del último punto (6). La diferencia podría sintetizarse diciendo que el totalitarismo moderno parece presentar tendencias imperialistas de expansión.

Esquema introductorio para ir entendiendo la teoría de Karl Marx



 *Fetichismo: Suplantar el valor del ser humano por el de una mercancía

Elaboración propia 



Esquema para ir entendiendo el “Inicio del proceso de transición de la sociedad cerrada a la sociedad abierta en la antigua Grecia” de acuerdo a Karl R. Popper en su obra “La sociedad abierta y sus enemigos”




  1. El crecimiento de la población se hace sentir en la clase gobernante de terratenientes.
  2. Fin del tribalismo orgánico: Fuerte tensión social dentro de la sociedad cerrada de la clase gobernante.
  3. Búsqueda de una solución orgánica consistente en la creación de ciudades hijas y su población a través de envió de colonos.
  4. Se logra postergar la caída del tribalismo orgánico, pero se crean nuevos focos de peligro.
  5. Surgimiento de nuevos contactos culturales, que, a su vez, creaban lo que quizá fuese el peor peligro para la sociedad cerrada: el comercio con la nueva y pujante clase de los mercaderes y navegantes.
  6. Siglo VI a. C.: Este nuevo desarrollo había llevado a la disolución parcial de las viejas formas de vida e incluso a una serie de revoluciones y reacciones políticas.
  7. No solo provocó múltiples tentativas de retener el tribalismo por la fuerza, como en Esparta, sino también aquella gran revolución espiritual que fue la invención de la discusión crítica y, en consecuencia, del pensamiento libre de obsesiones mágicas.
  8. Se descubren los primeros síntomas de una nueva inquietud: La tensión de la civilización comenzaba a hacerse sentir.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Esquema para ir entendiendo la teoría sociológica sobre la influencia de la ética protestante en la formación del Capitalismo en la obra de Max Weber


1.       Europa central (parte más débil por la poca influencia de las conquistas en América)  empieza a generar el modelo de producción a escala a través de la manufactura

2.       Siglo XVII: proceso histórico de disgregación del feudalismo

3.       Surgimiento de la industria moderna

4.       Capital

5.       Surgimiento de valores morales relacionados con el capitalismo: frugalidad, austeridad, abnegación, ascetismo, laboriosidad. 

6.       Ganancias invertidas en producción de la Industria

7.       Las actitudes del capitalismo proceden de la religión monoteísta y cristiana, principalmente del protestantismo y el puritanismo calvinista

8.       El ser humano es instrumento de Dios en la tierra

9.       Idea de predestinación: El éxito obtenido  en la utilización de los recursos que Dios puso en la tierra como señal  de que una persona estaba destinada al cielo

10.   Había que hacer fructificar la riqueza

11.   La meta era demostrar a Dios que se ha administrado bien los recursos que el dispuso para la humanidad
 
12.   Cuando el capitalismo perdió sus valores se convirtió en un fin en si mismo



  

Resumen y Análisis del trabajo de Gustavo Setrini: Veinte años de democracia electoral en Paraguay. Del clientelismo monopólico al clientelismo plural.

Introducción:

En este trabajo desarrollaremos un análisis sobre los conceptos, la estructura y la dinámica del clientelismo extraídos del trabajo de Gustavo Setrini y complementados en este trabajo.

Esta focalización tiene por objeto coadyuvar a una mejor comprensión teórica del fenómeno del clientelismo e identificar, dentro de ese enfoque teórico, cual sería una herramienta para su transformación.

Resumen, análisis y agregados 

Clientelismo definición e interpretación:

Institución informal que establece los parámetros para la política de distribución de bienes y servicios y alienta la búsqueda particular, en contraposición de la búsqueda colectiva, de los intereses económicos y políticos, promoviendo la prestación de bienes divisibles y privados en lugar de la prestación de bienes públicos.

La informalidad de su institución deviene de que no esta regulada; enfoca su objetivo en la distribución de bienes y servicios, lo que la diferenciaría de otro tipo de problemas del sector público que no tienen un fin distributivo; alienta la búsqueda particular fomentando relaciones verticales e individuales de poder, debilitando así a las exigencias colectivas, a los servicios públicos y generando una gran dependencia, expulsión y desigualdad.

Por qué es importante diferenciar los problemas del sector público?

Si bien existe la tendencia popular de agrupar todas carencias del sector público en una sola categoría, tales fallas pueden tener su origen en problemas diferentes. A su vez, estos problemas precisan de diferentes soluciones.

Así como somos propensos a culpar de todos los males de la política a un solo individuo, a unos individuos, a un sector o a un grupo; también cometemos el error de identificar los males del sector público en un solo problema.

Este error, producido no tanto por una comodidad intelectual,  sino por el reconocimiento mismo del sistema patrimonialista y su mecanismo clientelar nos da la pauta del grado en el que se encuentra instalado este sistema y su mecanismo dentro de nuestra sociedad.



El clientelismo no es corrupción:

La Corrupción implica la compra de influencia política por parte de los actores económicos privados y es un amplio fenómeno en sociedades clientelistas y no clientelistas por igual.

El clientelismo implica la relación contraria, en la cual los recursos públicos se distribuyen de forma personalista a particulares o grupos privados a cambio de apoyo político.

Esta diferenciación generó confusión en mi exposición en clase, pero la cuestión fundamental está en que el clientelismo tiene como objeto la distribución y la corrupción la ganancia; el clientelismo la compra de conciencia para mantener un sistema y la corrupción la compra de conciencia para obtener lucro con el tráfico de influencias.

Reforma del servicio público:

Existen varias reformas para distintos tipos de problemas en el sector público y como vimos es imperiosa la necesidad de salir de esa identificación en un solo problema todos los males del sector público; esto con el objeto de encontrar verdaderas soluciones o una mejora a la administración de los mismos y poder así superar el plagueo estéril que genera el error mencionado.

Entre las reformas que se deben realizar al sector público se encuentran las reformas del servicio civil, las reformas sobre rendición de cuentas, las reformas de gestión, las reformas fiscales y monetarias, la reforma agraria, etc.

Estructura del Patrimonialismo (Elaboración propia)

  

1.       Sultanismo

El Sultanismo se da cuando el sistema patrimonialista alcanza su máxima expresión, llegando a establecerse un único patrón distribuidor en la cúspide de la pirámide, pero no solo se caracteriza por esto, sino que por la alta legitimidad que adquiere el patrimonialismo como sistema, esto se puede notar con las expresiones que se utilizan muy comúnmente como: Ese tipo no tiene plata, no puede ayudarse ni a sí mismo como le va ayudar a los demás (en referencia a algún candidato que sea más bien sencillo y austero que ostentoso y opulento) o cuando se dice de algún empleado público honesto que estuvo en un puesto clave: i vyro mboriahu osevo (es un tonto, salio pobre).


2.       Patrimonialismo

Sistema por el cual un gobierno, partido político, corporación, etc., considera como propios a los bienes públicos y los administra con criterios clientelares.


3.       Clientelismo

Mecanismo por el cual se  distribuyen bienes y servicios y se alienta la búsqueda particular, en contraposición de la búsqueda colectiva, de los intereses económicos y políticos, promoviendo la prestación de bienes divisibles y privados en lugar de la prestación de bienes públicos.

3.1. La visión de clientelismo de Simone Piattoni (Prebendarismo):

Conjunto de relaciones de intercambio entre dos grupos, en las cuales los votos u otros tipos de apoyo partidista de los clientes se intercambian por beneficios materiales privados, divisibles y apropiables proporcionados por los patrones.
La compra de votos proporciona el ejemplo más claro y más estudiado habitualmente.

3.2. Patronazgo:

Indica un subgrupo especial de intercambios clientelares, en los cuales se ofrecen empleos del sector público como moneda de cambio.

Primeros escritos sobre clientelismo: de las etapas tempranas agrarias de la transición al desarrollo:

Etapa agraria:

Las condiciones económicas y sociales comunes a las sociedades agrarias –como la fuerte desigualdad, la severa escasez e incertidumbre económica, y los patrones de organización social basados en la estructura de clanes y en el parentesco – fomentaron el desarrollo de un conjunto de relaciones sociales basadas en la reciprocidad y el intercambio personalista.

La similitud de este concepto teórico con la realidad del Paraguay nos lleva a identificarnos más a esta etapa, puesto que muchas familias de políticos se reconocen a ellas mismas como clanes; también puede servir para la identificación con esta tipología teórica las relaciones que se dan con los empleados rurales: Más que generar una relación económica de pago por prestación de servicios a los empleados rurales, especialmente el peón, se los trata como cuasi miembros de la familia; así la relación laboral pasa a un segundo plano en este tipo de patronazgo – parentesco.

Desarrollo:

El desarrollo industrial, la urbanización y la modernización de las estructuras sociales en los países en desarrollo generarían, en última instancia, estructuras políticas basadas en intereses de clase o de grupo y la disminución del clientelismo de base rural.

El desarrollo disminuiría así el clientelismo, pero es evidente que cuando las relaciones sociales tienden a basarse en la generación de riquezas, en la cual una de las clases es dueña del capital y la otra de la fuerza de trabajo, los intereses de cada una de estas clases se desenvuelven con otra dinámica y se producen otro tipo de relaciones. Por tanto surgen otros protagonistas y otro modelo de estructura.

Cambios y estructura:

Las estructuras clientelares implican cierta estabilidad, pero también se adaptan y cambian junto con las demás instituciones que rigen la política y el sistema económico.

En el caso paraguayo, para mencionar un ejemplo, “se realiza un golpe de estado en el año 89 que trajo más libertades políticas y mayor respeto a los derechos humanos, pero ante la ausencia de un proyecto país, el hecho de que el mismo partido que sostenía a la Dictadura es el que realiza el golpe y que muchos de los organizadores del golpe eran justamente miembros de esa burguesía fraudulenta incubada por la estructura de poder Stronista, lo que se produce es la expansión de ese modelo económico clientelar, sin proyecciones de desarrollo capitalista, ni de industrialización, sin dinamismo económico, ni de competitividad, sellando con un manto de impunidad a esa acumulación de riquezas en forma indebida” 1.

“Así se puede entender que se manifieste fuertemente el proceso donde desaparece el ciudadano y aparece la clientela. Se veneré a los que saben aprovechar su cargo con la esperanza de que el mismo repartiera algo. La productividad, el emprendimiento, la iniciativa y la competitividad son suplantados por la búsqueda de proveedores de favores. Desaparece la res pública y aparece la res masa, vendida y comprada a precio vergonzante, siendo estos los peores legados del Stronismo, el cual logró expandir este modelo a todos los sectores políticos, todo esto instalado hasta nuestros días” 2.

Conservadurismo, ciudadanía, falta de desarrollo, relación de clases y fuerzas productivas

El clientelismo como mecanismo conservador tiene por objeto mantener el sistema patrimonialista y por su forma de relacionarse con sus clientes en forma particular, parasitaria y verticalista conspira contra los intentos de agrupación de los Centros de poder Democrático horizontales que pueden encontrarse en el desenvolvimiento de esa multitud de grupos e instituciones que no forman parte o no dependen directamente del gobierno o de los partidos clientelares. Ellos incluyen, por ejemplo, la familia, las organizaciones religiosas, las asociaciones culturales, clubes deportivos, asociaciones de productores, asociaciones campesinas,  instituciones económicas, sindicatos, instituciones estudiantiles, organización de ciudadanos políticos, pueblitos, comisiones vecinales, asociación de ciudadanos independientes, grupos de investigación social y científica, grupos de intelectuales, medios de comunicación, asociaciones de jardinería, organizaciones de derechos humanos, grupos musicales, asociaciones de la tercera edad, organizaciones de opinión, sociedades literarias y muchas otras más. Este fortalecimiento de los Centros de poder Democrático sirve para que la gente pueda ejercer su influencia en la sociedad, para la inserción constante de ciudadanos y como contralor ciudadano de la efectiva implementación de medidas para el desarrollo nacional.

Retrotrayendo a lo que analizábamos sobre el desarrollo existe una especie dentro de las fuerzas sociales que se destaca por sobre las demás en ese contexto: esa es la fuerza productiva, entendida como “la relación que existe entre el hombre y los objetos y fuerzas de la naturaleza, el grado en que éste los domina. En el proceso de producción de los bienes materiales, los hombres desarrollan y perfeccionan los instrumentos de trabajo, crean nuevas máquinas, aprenden a explotar las riquezas naturales, amplían sus conocimientos, van dominando las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad y de la naturaleza” 3.

Así entonces tenemos una clave en la inserción de esa fuerza productiva que nos puede llevar a un cambio en el modo de producción, que a la vez genera nuevas formas de relacionamiento y que puede forzar a transformarse a un sistema patrimonial que cesa de corresponder a las fuerzas productivas si son incentivadas y por el contrario se convierten en su freno. Entonces será preciso romper las trabas de un sistema incapaz de contener a esas fuerzas productivas.

Conclusión

El clientelismo funciona como un mecanismo que adopta el sistema patrimonialista concebido (como tendencia de un gobierno, partido político, corporación, etc., a considerar como propios los bienes públicos y a administrar estos con criterios clientelares).

El estado patrimonialista no puede existir sin corrupción y sin apoderarse de lo público.

Utiliza la corrupción para poder solventar la clientela. Convierte a lo público en su patrimonio particular para acrecentar su influencia parasitaria.

La importancia de este trabajo (al precisar el concepto, la dinámica y la estructura del clientelismo) radica en buscar el correcto diagnostico que necesita el sector público. Esto con el objeto de diseñar una terapia que realmente ayude a mejorar al mismo.

En ese sentido, establece una diferenciación entre corrupción y clientelismo, además menciona varias reformas para distintos problemas del sector público (para mayor ampliación sobre el tema ver el trabajo: Economía política del proceso de formulación de políticas públicas de Andrew Nickson).

El clientelismo actúa como un mecanismo parasitario en el funcionamiento de la estructura del estado y socava la formación de una ciudadanía que busque el funcionamiento correcto de sus instituciones.

Al promover relaciones verticalistas y particulares entre los dueños de la cosa pública y sus clientes,  no tener instituciones que funcionen para los fines que fueron creadas y servicios públicos ineficientes se genera una expulsión cada vez mayor de personas.

El patrimonialismo, corrupción, apropiación de lo público y clientelismo se convierten en un círculo vicioso. Dentro de este círculo uno de los enemigos fundamentales son las fuerzas sociales, especialmente las fuerzas productivas.



Referencias
  
1.       Evolución del Patrimonialismo en el Paraguay desde los inicios del gobierno de Stroessner hasta el siglo XXI, Monografía, Juan Carlos Duré Bañuelos
2.       Evolución del Patrimonialismo en el Paraguay desde los inicios del gobierno de Stroessner hasta el siglo XXI, Monografía, Juan Carlos Duré Bañuelos
3.       Diccionario de Economía Política, editado por Borísov, Zhamin y Makárova


Bibliografía consultada

1.       Veinte años de democracia electoral en Paraguay. Del clientelismo monopólico al clientelismo plural, Gustavo Setrini
2.       Economía política del proceso de formulación de políticas públicas, Andrew Nickson
3.       Vida Líquida, Zygmunt Bauman
4.       Diccionario de Economía Política, editado por Borísov, Zhamin y Makárova
5.       De la Dictadura a la Democracia, Gene Sharp
6.       Evolución del Patrimonialismo en el Paraguay desde los inicios del gobierno de Stroessner hasta el siglo XXI, Monografía, Juan Carlos Duré Bañuelos













Construcción de una organización territorial, equilibrada, gobernable y funcional. Resumen y análisis del trabajo de Fabricio Vázquez publicado en el libro “El Reto del Futuro, Asumiendo el legado del bicentenario”

Introducción:

Fabricio Vázquez propone nuevos conceptos para dar mayor dinamismo y acompañamiento a las fuerzas sociales que dinamizan el movimiento en el territorio de la República, para ello propone repensar la intervención territorial, y no solo la gobernabilidad, que exige la incorporación de conceptos innovadores como el de la vocación territorial, el de los conjuntos territoriales y el de sistemas de ciudades, acompañados  de otros aspectos como la institucionalidad firme y el sistema de comunicaciones.

Divide el trabajo tres partes: 1 – La problemática territorial actual, su manifestación demográfica e institucional, así como el crecimiento económico centralizado. 2 – Ejes que deben estructurar de forma eficiente el territorio paraguayo. 3 – una prospectiva de la organización funcional del espacio, trascendiendo el enfoque tradicional.

En este trabajo nos centraremos en los Ejes que deben estructurar de forma eficiente el territorio paraguayo y en el prospecto de organización funcional del espacio, trascendiendo el enfoque tradicional.

Análisis del Contenido:


Ejes estructurantes para una organización más eficiente del territorio paraguayo

Las fuerzas sociales son las que realmente van  transformando las regiones. Las mismas ya no pueden ser frenadas o eliminadas, sino que deben ser reconocidas, ubicadas, conectadas, fomentadas y desarrolladas en una gestión orientada al desarrollo equilibrado de todas las regiones, zonas y territorios del país.

Aspectos prospectivos de la organización funcional y equilibrada del territorio paraguayo

Propone dos ámbitos principales para la organización del estado: la regulación y la articulación.

Por regulación se entiende el conjunto de normas, directrices, planes y programas que tienen por objetivo generar desarrollo equilibrado y expandido en todas las zonas y regiones del territorio nacional, a partir de un marco general que especifique funciones, prioridades y objetivos para cada una de las zonas o regiones del país, en función a los factores territoriales estructurantes.  La articulación se refiere a la capacidad de brindar y facilitar condiciones para el aumento del dinamismo territorial, especialmente en las zonas rezagadas.


Considera necesario llevar a cabo un  Plan de Desarrollo Territorial que debe tener en cuenta:

1.       la vocación territorial de cada zona
2.        la desigualdad social
3.        los conjuntos territoriales
4.       Esquema de uso de suelo

Competitividad agroindustrial

La producción agropecuaria es y seguirá siendo un pilar relevante de la economía y de la sociedad paraguaya y, por lo tanto, uno de los principales agentes que estructuran y desestructuran los territorios. Es de relevancia estratégica no solo zonificar la producción agropecuaria en zonas según condiciones agronómicas, sino sobre todo en función a las cadenas productivas existentes, de forma tal que las mismas puedan funcionar en red y optimizar la proximidad, disminuyendo y optimizando los costos de transporte.

La instalación o expansión de cadenas productivas se realiza siguiendo la estructura demográfica rural, orientada hacia las zonas con mayor disponibilidad de mano de obra, de forma a integrar socialmente e incluir a la agricultura familiar campesina tradicional hacia sistemas económicamente rentables. La detección de productos agrícolas con mercados internacionales  atractivos, y tanto tecnológica como culturalmente apropiados, debe ser impulsada a fin de diversificar la oferta de productos a los mercados. Los diversos territorios rurales del país están llamados a redefinirse como productores en un esquema de aumento de la productividad por unidad de superficie, para lo cual deberá mejorarse tanto la técnica de producción como la recuperación de los suelos. El éxito agropecuario no puede basarse simplemente en la utilización intensiva de algún recurso o condición de mercado, sino que debe ser el resultado de la optimización del sistema en todos sus procesos internos.

El seguimiento  de esta formulación económica de estructuración demográfica y geográfica rural  implica una superación del debate referente al modelo de agricultura familiar campesina tradicional y su sustentabilidad. También el aprovechamiento de mano de obra y además la detección de productos agrícolas generados en zonas determinadas deben incorporar a los demás territorios aledaños fomentado su participación en el esquema productivo de la zona y desarrollando el comercio y la diversificación de productos.

Sistema de comunicaciones y logística funcional

El territorio no ocupado, ni conocido ni controlado se convierte en peligroso y favorable a actividades ilícitas. Los sistemas de comunicaciones no se refieren solamente a la infraestructura vial tradicional, las rutas y puentes; sino que incluyen, además, todos los instrumentos que permiten la comunicación como las telecomunicaciones, el trasporte público y las infraestructuras fluviales y aeroportuarias. La experiencia ha demostrado que las infraestructuras son muy importantes pero no suficientes por sí mismas para generar desarrollo.

En este sentido Eric Hobsawm, en su libro bandidos sociales, menciona al respecto que “la modernización, es decir, la combinación del desarrollo económico, las comunicaciones eficaces y la administración pública, elimina las condiciones en que florece cualquier tipo de bandolerismo, incluido el social” 1.

El sistema de comunicaciones debe introducir modificaciones en tres ejes: la ciudad de Asunción y su zona metropolitana, las áreas periféricas de frágil integración y, por último, las zonas donde, si bien existen vías de comunicación, las mismas aún no son suficientes para impulsar el desarrollo.

Con relación a la conectividad es necesario trascender el mero análisis económico del costo de la infraestructura, por el contrario para quebrar el aislamiento e integrar efectivamente zonas periféricas y casi siempre fronterizas, se deben realizar esfuerzos importantes pero absolutamente necesarios y estratégicos para asegurar el control territorial de extensas zonas.

La importancia de la conectividad radica en que son las venas por donde fluyen las economías y las integraciones culturales de la sociedad paraguaya tanto hacia el interior como hacia el exterior.


Institucionalidad firme

Desde el Estado central se organiza e interviene a escala nacional mediante directrices y modelos macro regionales como, por ejemplo, la función de cada conjunto territorial según el rol que cumple dentro del sistema socioeconómico paraguayo. El mismo puede articularse y presentarse con la estructura que se describe a continuación

Sistemas urbanos

Este uno de los conceptos innovadores  y lo desarrolla como una responsabilidad del Estado central en el diseño y puesta en marcha del Sistema Urbano que orienta, dirige y facilita el crecimiento, la expansión e, inclusive, la contracción de los asentamientos urbanos en función a las necesidades estratégicas articuladas a los demás conjuntos territoriales y en concordancia con los objetivos superiores de desarrollo. Ante el crecimiento desordenado de varias ciudades, el Sistema Urbano determina la estructura, ubicación y funciones de las ciudades del país, estableciendo categorías funcionales (no solamente basadas en la cantidad de habitantes o en el nivel de recaudación impositiva) a los sistemas territoriales donde se encuentran insertas:

Ciudades regionales: Las ciudades regionales deben situarse imperativamente en las zonas de interior, es decir que no puede tratarse de ciudades fronterizas.
Ciudades intermedias: Espacio intermedio entre las zonas rurales profundas y las ciudades regionales.

Ciudades de frontera: Revertir la extrema dependencia de las ciudades gemelas brasileñas y argentinas, propendiendo hacia modelos de integración y conurbación transfronteriza más equilibradas.
Regiones metropolitanas: Asunción y su región metropolitana deberán modernizar su infraestructura vial y de conectividad, así como la descentralización interna, permitiendo que los servicios más utilizados no solo estén disponibles en el centro histórico, sino inclusive fuera de Asunción.





Redibujando el mapa: Nuevas formas de gestionar el territorio

El Estado central construye el modelo y provee recursos, mientras que los gobiernos regionales o departamentales se encargan de coordinar y articular la aplicación de las políticas públicas, principalmente en el fortalecimiento del sistema de ciudades y el equipamiento de infraestructura en educación, salud y vialidad. Por su parte, las municipalidades se concentran en favorecer el crecimiento y expansión de las economías locales. A esta escala se detecta la vocación territorial que consiste en la identificación de los territorios locales, un conjunto de lugares (compañías, pueblos) que se organizan en torno a un elemento estructurante (sistemas productivos, identidad cultural, componente natural). Es vital trascender la mirada localista y cerrada tradicional, pues casi siempre varias zonas tienen la misma vocación territorial y, por lo mismo, están llamadas a articularse y crecer juntas, transcendiendo las fronteras administrativas entre distritos e, inclusive, entre departamentos.

Lo relevante ya no es si el conjunto territorial (zona productiva o identitaria específica) quede o dependa administrativamente de tal o cual distrito, sino lo que interesa es que el conjunto territorial se dinamice y se articule con las fuerzas regionales.

El Estado central se encarga de acompañar y guiar a las gobernaciones y municipalidades, al mismo tiempo de aplicar el Plan de Desarrollo Territorial. Los Departamentos y Gobernaciones son las plataformas logísticas que preparan el desarrollo de los distritos y municipalidades según las directrices del país. Los distritos y gobiernos municipales son los espacios principales de intervención.

Esta parte refiere al diseño de intervención gubernamental en el acompañamiento de la dinámica del modelo de gestión territorial propuesto.

Creación y modificación de departamentos y distritos

Problemática administrativa:

·         Gran heterogeneidad de superficie, población y actividades, infraestructuras y actividades económicas en el interior de cada departamento.
·         Inexperiencia, desinterés y escasa visión de desarrollo de las instituciones (Gobernaciones y municipalidades).
·         Gasto público ineficiente (escaso impacto de la descentralización financiera, especialmente de las trasferencias de royalties).

Existen departamentos que deben ser divididos en unidades menores, para que la disminución de superficie simplifique y facilite la gestión territorial y especialmente para dar mayor facilidad a la circunscripción de las superficies de intervención mediante conjuntos territoriales.

Las Gobernaciones y Municipalidades se convirtieron en complejos mecanismos administrativos con escasa operatividad, por lo que las gobernaciones, y especialmente las municipalidades, están obligadas a minimizar sus roles, prerrogativas y responsabilidades.

Lar articulación de los poderes locales, casi siempre políticos, con los equipos técnicos tampoco será muy fácil. 


Conclusiones

La visión tradicional que se tenía con respecto al territorio, basada en que “la configuración geográfica de un territorio es factor positivo del determinismo” 2 ha ido evolucionando.

Las políticas territoriales pueden ser vinculadas a distintas visiones del Estado y de modelos económicos: desde su importancia para el desarrollo territorial como Nación; como motor del desarrollo productivo acompañado por una política de infraestructura; desde el acompañamiento a la dinámica productiva por parte de los servicios públicos y privados; y finalmente como herramienta de diversas formas de integración y conexión en un sistema político y económico más dinámico distrital, regional, nacional e internacionalmente.

En este sentido, la perspectiva novedosa de repensar la intervención territorial, y no solo la gobernabilidad, con  la incorporación de conceptos innovadores como el de la vocación territorial, el de los conjuntos territoriales y el de sistemas de ciudades es lo que se destaca del trabajo de Fabricio Vázquez.

Las fuerzas productivas y económicas fueron transformando el territorio nacional sin una opción pensada estructuralmente para la articulación e incorporación de vastos sectores del territorio nacional debido a la desfasada división territorial política, rígida e incapaz de acompañar el dinamismo del desarrollo alcanzado por varios esfuerzos del sector privado.  Con el objeto de expandir la dinámica de las fuerzas productivas Fabricio Vázquez nos desglosa un Plan de Desarrollo Territorial basado en la articulación estructural entre los distrititos, las regiones, el gobierno nacional y el exterior utilizando principalmente los siguientes ejes: 1. La vocación territorial de los distritos 2. La formación de conjuntos territoriales articulando esas vocaciones territoriales y diversificándolas con la participación de otros tipos de producción, servicios y comercio 3. Los sistemas urbanos que funcionen como ejes de interconexión y articulación entre los diferentes distritos con vocación territorial, los conjuntos territoriales y la entrada y salida del país 4. La infraestructura estratégica que brinde una integración y conectividad, a través de rutas, puentes, telecomunicaciones, el trasporte público y las infraestructuras fluviales y aeroportuarias 5. Una división territorial más dinámica, eficiente y que por sobre todo supere la lógica tradicional de las divisiones simples como las de accidentes geográficos o distribuir la importancia a las zonas y regiones por su cantidad de habitantes 6. Un acompañamiento gubernamental donde el Estado central se encargue de acompañar y guiar a las gobernaciones y municipalidades, al mismo tiempo de aplicar el Plan de Desarrollo Territorial; los Departamentos y Gobernaciones serían las plataformas logísticas que preparan el desarrollo de los distritos y municipalidades según las directrices del país; y los distritos y gobiernos municipales son los espacios principales de intervención.





Referencias

1.       Bandidos, Eric Hobsbawm
2.       La configuración Geográfica, Juan Stefanich, 1941. Antología del Pensamiento Político y Social Paraguayo, Herib Caballero Campos, Compilador

Bibliografía consultada:

1. Construcción de una organización territorial, equilibrada, gobernable y funcional; Fabricio Vázquez
2.  Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) www.iirsa.org
3. La Economía Paraguaya Bajo el Orden Neoliberal, Luis Rojas Villagra, Compilador
4. Bandidos, Eric Hobsbawm
5. Antología del Pensamiento Político y Social Paraguayo, Herib Caballero Campos, Compilador