viernes, 19 de diciembre de 2014

La eternidad del peregrino contingente

Vivimos atravesados unos a otros con el entorno

El yo y el otro es una división banal

Al igual que la división del tiempo

En presente, pasado y futuro

Si existe aliento las vibraciones se expanden

Y convergen en la compleja existencia

En la que a veces logramos trascender a la contingencia

Y esas veces que logramos trascender

Se dan cuando podemos sentir a la eternidad

Pero a la eternidad como peregrinos

A “la eternidad del peregrino contingente”

Y que se siente cuando se toca al alma de otro ser

Para esto hay que dejar que el magma y las vibraciones de uno se transmitan

Todo fluye más fácil cuando uno quiere

Todo se transforma como la fuente que corre hacia su desembocadura

Haciendo su camino al andar sin detenerse

Y cuando uno se sabe fuente que fluye

Se despliega desde su salida y en su recorrido con naturalidad y pasión

Hasta llegar a lo más profundo del ser

Que se encuentra en el camino y fundamentalmente en el otro

Con los que conformamos el peregrinaje hacia el eterno devenir  y porvenir 



                                                                Juan Carlos Duré Bañuelos