jueves, 20 de marzo de 2014

El Capitalismo, Nietzsche y el Dinero (Continuación con ayuda de algunas herramientas prestadas de Carl Jung)

No ha sido la naturaleza sino el “genio de la humanidad” lo que ha anudado el lazo del verdugo con el que puede ahorcarse en cualquier momento.
Carl Jung

Introducción

El Capitalismo como sistema de expansión ilimitada y el dinero como su epicentro todopoderoso: ¿Qué aspectos principales logran exteriorizar en el ser humano? y ¿Qué  aspectos principales dejan en la sombra?

Estas preguntas son fundamentales, desde mi perspectiva, para entender el comportamiento del ser humano dentro de un sistema (en este caso el Capitalismo) y qué rasgos fundamentales son los que se manifiestan en esa interacción y cuáles son los que quedan en la sombra.

El ser humano tiende a visualizarse a sí mismo y a su entorno mediante arquetipos… Los arquetipos son idealizaciones de la realidad que resaltan ciertos aspectos que modifican el panorama (de nosotros mismos y de nuestro entorno), por lo que limitan  la interpretación de los fenómenos,  su entendimiento y  su comprensión.

Desarrollo

Luego de esta breve introducción pasamos a analizar algunas características fundamentales del ser humano actual dentro del sistema capitalista y claramente podemos resaltar: 1. Que la competencia promueve la superación de uno mismo y del otro 2. Que la expansión ilimitada del sistema hace sentir un poder inmenso al ser humano 3. Que la utilización del dinero como epicentro de todo sirve al ser humano, especialmente a unos poquísimos, como elemento de dominación del mundo y de otros seres humanos.

Partiendo de la premisa de que el ser humano no es un dios, no es un arquetipo, sino que es un ser complejo y contradictorio vamos a analizar estos tres puntos:

       1. La competencia promueve la superación de uno mismo y del otro

La competencia, dentro del sistema capitalista, hizo progresar en muchos aspectos al ser humano, especialmente en lo que respecta al desarrollo de la ciencia en general y la tecnología aplicada a la producción y al consumo en especial.

También ha logrado generar, en el ser humano, unas ansías de superación permanente y de ser mejor que los demás.

El factor preponderante de la competencia en el sistema capitalista se puede resumir en: el avance del ser humano basándose en la superación de sí mismo y de otros seres humanos, pero algo queda en la sombra y eso que queda en la sombra puede resumirse en: que en la competencia indefectiblemente existe un ganador y un perdedor (o sino no sería competencia).

La competencia también tiende a dejar en la sombra: al equilibrio, a la sensibilidad, a la projimidad y a la fraternidad.

2. La expansión ilimitada hace sentir un poder inmenso al ser humano 

La expansión ilimitada, dentro del sistema capitalista, nos da la impresión de que el ser humano puede llegar al infinito. Esto ha llevado al ser humano a descubrir y conquistar al mundo entero, inclusive a explorar el espacio. También ha llevado al hombre, mediante los medios que sean  necesarios (principalmente: guerras, tecnología y conocimientos), a la expansión y reproducción de este sistema; a utilizar al mundo y a otros seres humanos para dominar con un poder  que se impone de muchas formas, pero en esencia mediante lo simbólico, lo psicológico, lo bélico y especialmente por medio del dinero.  

Esta expansión ilimitada tiende a dejar en la sombra principalmente: a la necesaria comprensión de las cosas en general y de la finitud de nuestro mundo y de nuestras vidas en especial.

La sensación de poder inmenso tiende a dejar en la sombra: a la vida equilibrada con uno mismo, con los demás y con el mundo.

3. El dinero como epicentro de todo y el dominio de unos pocos

El dinero como epicentro de un sistema de expansión ilimitada conduce necesariamente a la acumulación desenfrenada de dinero que no se distribuye de manera equitativa entre los seres humanos, sino mediante la competencia y el poder. Esto genera que unos pocos, los más poderosos porque han ganado más competencias y/o han heredado instrumentos que los colocan en esa situación (sin importar los medios), sean los que detenten el dominio del mundo y de la mayoría de los seres humanos (Actualmente esta minoría dominadora está conformada por Corporaciones especialmente).

El dinero como epicentro de todo deja en la sombra a la responsabilidad del ser humano frente a los demás seres humanos y frente al mundo.

También vemos que el dinero como epicentro de todo y el dominio de unos pocos afecta estructuralmente al equilibrio en cuanto a la riqueza y al ejercicio del poder o mejor expresado de dominación.


Conclusión

Es de necios negar la importancia y la trascendencia revolucionaria que aporto el Capitalismo a la evolución del ser humano, pero también es de necios negar que este sistema, debido a la esencia de su funcionamiento, se encuentra en crisis.

En la competencia el que supera a los demás deja a estos rezagados, por ende genera una sensación de poder inmenso en los ganadores que no tienden a satisfacerse fácilmente debido a que la competencia por la acumulación de dinero en el sistema capitalista es permanente. Gloria para los más aptos (los que más acumulan dinero y son los menos) y resentimiento para la gran mayoría.

La expansión ilimitada ha llevado a superar muchas fronteras y barreras de todo tipo, pero en la actualidad está desafiando a la finitud del mundo y a la existencia.

El dinero jamás podrá ser responsable del mundo porque es una cosa sin conciencia y los pocos que dominan mediante el dinero jamás podrán ser libres del condicionamiento esencial de la acumulación desmedida de dinero que padecen (mientras se encuentre vigente la lógica de la acumulación ilimitada e infinita) y por la cual hacen padecer  a otros seres humanos y al mundo.

Todo esto, dentro de este sistema,  tiende a que los seres humanos formen arquetipos y a partir de ellos categorías a las cuales se adhieren con el objeto de confrontarse los unos con los otros. Esas categorías rivalizan entre sí por la posesión del dinero principalmente con el objetivo de obtener poder y ejercer el dominio sobre las otras categorías o sencillamente la eliminación de las mismas.

Estas categorías compiten entre sí obviando la individualidad de los seres humanos y las conexiones de la vida.

El engranaje de este sistema y sus condicionamientos se desarrollan inconscientemente  por lo que es indispensable, antes de pensar en algún esquema de transformación, ser conscientes de este engranaje y de sus condicionamientos.

La falta de conciencia del funcionamiento de este sistema y los constantes condicionamientos del mismo (de todo tipo) generan en los seres humanos confusión, confrontación, necesidad de dominio y por sobre todo ODIO.

Por ende lo fundamental para lograr la transformación de este sistema se encuentra en el conocimiento, la cooperación fraterna, la emancipación y por sobre todo en el AMOR.

¿Buscaremos conciliarnos internamente con nosotros mismos y externamente con los demás y con el mundo? Si no buscamos la conciliación y seguimos con este sistema así como esta: ¿Hacia dónde vamos? ¿El Amor, que se encuentra actualmente en la sombra, podrá salir a la luz y trascender al odio?


Observación y Aclaración: Actualmente existen personas, grupos de personas y poblaciones muy afectadas por la agresión generada por la ambición desmedida de acumulación de dinero y la expansión sin límites de este sistema y que se están defendiendo como pueden.




Juan Carlos Duré Bañuelos 








  




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