(Ni filosofía barata, ni gratis, simplemente
filosofía: porque el pensamiento no es igual a mercancía)
Un sistema de expansión ilimitada
como el Capitalismo acabará destruyendo todo si no lo transformamos… Es simple,
no hace falta ser muy “bocho”, ni muy “técnico”, ni hacer muchos cálculos para
comprenderlo: Un sistema de expansión infinita para acumular dinero puede
funcionar por un tiempo determinado, pero indefectiblemente terminará por
destruir totalmente un mundo finito que no es dinero: es que el mundo, los
seres humanos, la vida, la existencia, la dignidad, la ética, la felicidad, la libertad y por sobre todo el AMOR no son iguales a dinero y nunca lo serán por más que
este sistema se empecine en imponernos eso como realidad a través de sus
condicionamientos… Estos son hechos concretos y no una “interpretación
ideológica”… 2 + 2 = 4. Ve, palpa, sentí, pensá y hazte quien eres, sin
intermediarios, pero siempre en solidaridad con los demás porque sin los demás
no somos nadie, como diría José Luís Sampedro. Yo, a consecuencia de la
destrucción que está ocasionando la expansión ilimitada de este sistema, estoy
buscando el momento y el lugar propicio para llevarle a mi hijita a bañarse en
un arroyito no contaminado, me gustaría que experimente eso (es cada vez más complicado
encontrar uno no contaminado).
En la segunda mitad del siglo XIX
Nietzsche gritaba a los cuatro vientos, no sin cierto grado de consternación,
que “Dios ha muerto”, se refería con esto al fin de una etapa histórica: la
edad media, también al nacimiento de la modernidad y se planteaba lo siguiente:
¿El ser humano asumirá su responsabilidad sobre el mundo ahora que ha dejado
atrás al estadio en el cual Dios era el epicentro de todo?... y yo me pregunto
lo siguiente: ¿Será que Nietzsche, si viviera en la actualidad, se percataría
de que el ser humano en vez de asumir su responsabilidad sobre el mundo ha
creado otro Dios?: El Dinero… Sí, el dinero, ese viejo instrumento que hasta la
edad media servía como medio para intercambiar cosas, pero que en la modernidad
se ha transformado en el epicentro de todo, tal es así que te puede faltar
Dios, te puede faltar felicidad, te puede faltar dignidad, te puede faltar ética, te puede faltar salud, te puede faltar libertad, te
puede faltar amor, pero sin dinero no vas a poder vivir… Una persona que se
percaté de esto y lo denuncie inmediatamente pasa a convertirse en el hereje de
la religión totalizadora del dinero y lo más probable es que la acusen de
hipócrita, pues es lo más seguro que esa persona que denuncie esta situación
también dependa del dinero para subsistir, para vivir… Pero los que le
acusarían de hipócrita a esa persona que denuncia esta situación: ¿no se darán
cuenta de que justamente el dinero como religión, como epicentro de todo, ha
transformado a los seres humanos y al mundo en instrumentos banales y ya no es solamente
un medio de cambio, sino el nuevo Dios todopoderoso?
Juan Carlos Duré Bañuelos
2 comentarios:
todo bien colega?
Todo bien colega, simplemente lo que quise decir es que todo no es igual a dinero...
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