No ha sido
la naturaleza sino el “genio de la humanidad” lo que ha anudado el lazo del
verdugo con el que puede ahorcarse en cualquier momento.
Carl
Jung
Introducción
El Capitalismo como sistema de
expansión ilimitada y el dinero como su epicentro todopoderoso: ¿Qué aspectos
principales logran exteriorizar en el ser humano? y ¿Qué aspectos principales dejan en la sombra?
Estas preguntas son fundamentales,
desde mi perspectiva, para entender el comportamiento del ser humano dentro de
un sistema (en este caso el Capitalismo) y qué rasgos fundamentales son los que
se manifiestan en esa interacción y cuáles son los que quedan en la sombra.
El ser humano tiende a
visualizarse a sí mismo y a su entorno mediante arquetipos… Los arquetipos son
idealizaciones de la realidad que resaltan ciertos aspectos que modifican el
panorama (de nosotros mismos y de nuestro entorno), por lo que limitan la interpretación de los fenómenos, su entendimiento y su comprensión.
Desarrollo
Luego de esta breve introducción
pasamos a analizar algunas características fundamentales del ser humano actual
dentro del sistema capitalista y claramente podemos resaltar: 1. Que la competencia
promueve la superación de uno mismo y del otro 2. Que la expansión ilimitada
del sistema hace sentir un poder inmenso al ser humano 3. Que la utilización
del dinero como epicentro de todo sirve al ser humano, especialmente a unos
poquísimos, como elemento de dominación del mundo y de otros seres humanos.
Partiendo de la premisa de que el ser humano no es un dios,
no es un arquetipo, sino que es un ser complejo y contradictorio vamos a
analizar estos tres puntos:
1. La competencia promueve la superación de uno
mismo y del otro
La competencia, dentro del
sistema capitalista, hizo progresar en muchos aspectos al ser humano,
especialmente en lo que respecta al desarrollo de la ciencia en general y la
tecnología aplicada a la producción y al consumo en especial.
También ha logrado generar, en el
ser humano, unas ansías de superación permanente y de ser mejor que los demás.
El factor preponderante de la
competencia en el sistema capitalista se puede resumir en: el avance del ser
humano basándose en la superación de sí mismo y de otros seres humanos, pero algo
queda en la sombra y eso que queda en la sombra puede resumirse en: que en la
competencia indefectiblemente existe un ganador y un perdedor (o sino no sería
competencia).
La competencia también tiende a
dejar en la sombra: al equilibrio, a la sensibilidad, a la projimidad y a la
fraternidad.
2. La
expansión ilimitada hace sentir un poder inmenso al ser humano
La expansión ilimitada, dentro
del sistema capitalista, nos da la impresión de que el ser humano puede llegar
al infinito. Esto ha llevado al ser humano a descubrir y conquistar al mundo
entero, inclusive a explorar el espacio. También ha llevado al hombre, mediante
los medios que sean necesarios (principalmente:
guerras, tecnología y conocimientos), a la expansión y reproducción de este
sistema; a utilizar al mundo y a otros seres humanos para dominar con un poder que se impone de muchas formas, pero en
esencia mediante lo simbólico, lo psicológico, lo bélico y especialmente por
medio del dinero.
Esta expansión ilimitada tiende a
dejar en la sombra principalmente: a la necesaria comprensión de las cosas en
general y de la finitud de nuestro mundo y de nuestras vidas en especial.
La sensación de poder inmenso
tiende a dejar en la sombra: a la vida equilibrada con uno mismo, con los demás
y con el mundo.
3. El
dinero como epicentro de todo y el dominio de unos pocos
El dinero como epicentro de un
sistema de expansión ilimitada conduce necesariamente a la acumulación
desenfrenada de dinero que no se distribuye de manera equitativa entre los
seres humanos, sino mediante la competencia y el poder. Esto genera que unos
pocos, los más poderosos porque han ganado más competencias y/o han heredado
instrumentos que los colocan en esa situación (sin importar los medios), sean
los que detenten el dominio del mundo y de la mayoría de los seres humanos
(Actualmente esta minoría dominadora está conformada por Corporaciones
especialmente).
El dinero como epicentro de todo deja
en la sombra a la responsabilidad del ser humano frente a los demás seres
humanos y frente al mundo.
También vemos que el dinero como
epicentro de todo y el dominio de unos pocos afecta estructuralmente al
equilibrio en cuanto a la riqueza y al ejercicio del poder o mejor expresado de
dominación.
Conclusión
Es de necios negar la importancia
y la trascendencia revolucionaria que aporto el Capitalismo a la evolución del
ser humano, pero también es de necios negar que este sistema, debido a la
esencia de su funcionamiento, se encuentra en crisis.
En la competencia el que supera a
los demás deja a estos rezagados, por ende genera una sensación de poder
inmenso en los ganadores que no tienden a satisfacerse fácilmente debido a que
la competencia por la acumulación de dinero en el sistema capitalista es
permanente. Gloria para los más aptos (los que más acumulan dinero y son los
menos) y resentimiento para la gran mayoría.
La expansión ilimitada ha llevado
a superar muchas fronteras y barreras de todo tipo, pero en la actualidad está
desafiando a la finitud del mundo y a la existencia.
El dinero jamás podrá ser
responsable del mundo porque es una cosa sin conciencia y los pocos que dominan
mediante el dinero jamás podrán ser libres del condicionamiento esencial de la
acumulación desmedida de dinero que padecen (mientras se encuentre vigente la
lógica de la acumulación ilimitada e infinita) y por la cual hacen padecer a otros seres humanos y al mundo.
Todo esto, dentro de este
sistema, tiende a que los seres humanos
formen arquetipos y a partir de ellos categorías a las cuales se adhieren con
el objeto de confrontarse los unos con los otros. Esas categorías rivalizan
entre sí por la posesión del dinero principalmente con el objetivo de obtener
poder y ejercer el dominio sobre las otras categorías o sencillamente la
eliminación de las mismas.
Estas categorías compiten entre
sí obviando la individualidad de los seres humanos y las conexiones de la vida.
El engranaje de este sistema y
sus condicionamientos se desarrollan inconscientemente por lo que es indispensable, antes de pensar
en algún esquema de transformación, ser conscientes de este engranaje y de sus
condicionamientos.
La falta de conciencia del
funcionamiento de este sistema y los constantes condicionamientos del mismo (de
todo tipo) generan en los seres humanos confusión, confrontación, necesidad de dominio
y por sobre todo ODIO.
Por ende lo fundamental para
lograr la transformación de este sistema se encuentra en el conocimiento, la
cooperación fraterna, la emancipación y por sobre todo en el AMOR.
¿Buscaremos conciliarnos
internamente con nosotros mismos y externamente con los demás y con el mundo?
Si no buscamos la conciliación y seguimos con este sistema así como esta:
¿Hacia dónde vamos? ¿El Amor, que se encuentra actualmente en la sombra, podrá
salir a la luz y trascender al odio?
Observación y Aclaración: Actualmente existen personas, grupos de
personas y poblaciones muy afectadas por la agresión generada por la ambición desmedida
de acumulación de dinero y la expansión sin límites de este sistema y que se
están defendiendo como pueden.
Juan Carlos Duré Bañuelos